IVAM
El IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) abrió sus puertas en un momento de euforia optimista en España, entre los 80 y los 90, marcado por “el triunfalismo y las expectativas desmesuradas, [donde] el escenario cultural se construye a base de arquitecturas simbólicas”, entre las que destacan los museos: El mismo año que el IVAM (1989) se inauguraron el CASM (Barcelona), el CAAM (Las Palmas de Gran Canaria) y la Sala Amarica (Vitoria). Antes sólo existían el MNCARS (Madrid, 1986; remozado en 1992) y Arteleku (San Sebastián, 1987). La verdadera eclosión museística tendrá lugar a partir de la segunda mitad de los noventa, como parte de la burbuja financiera inmobiliaria, junto a la construcción de infraestructuras de transporte y la erección de arquitectura emblemática.
Las intromisiones de los políticos en el IVAM han dejado un legado memorable, desde el affaire de El Esclavo hasta los doce retratos, doce, de Marilyn Monroe, adquiridos al pintor Antonio De Felipe por encargo directo del presidente Camps (2003), pasando por el cierre del Centre del Carme (2002). Un grado de injerencia e instrumentalización que llevaría a una parte importante del mundo de la cultura valenciana a constituirse en Ex Amics de l´IVAM . Pero el secuestro en toda regla de la institución llegaría con el nombramiento como directora de Consuelo Ciscar. La dirección del museo por parte de la esposa del entonces consejero de Territorio y Vivienda de la Generalitat, Rafael Blasco, lograría despertar un inusitado interés por la filantropía y el mecenazgo artístico en el mundo de la construcción, logrando el auspicio de empresas como Astroc, Secopsa, Ferrobús, Grupo Inmobiliario Onofre, Cyes, Medi, Realia Business, Grupo Gimeno o Armiñana Promociones Inmobilarias, que ya había ganado protagonismo en el orbe fallero con su patrocinio de la que se convertiría en otro emblema de la época, gracias a la agresividad de su marketing, la de Nou Campanar, de la que se ha escrito que “hizo más por la Copa del América que todas las campañas publicitarias juntas”.
Rafael Blasco, por su parte, fue conseller de Obras Públicas y Urbanismo en 1985; de Territorio y Vivienda ente 2003-2006; lo fue de Sanidad de 2006 a 2007, pasando ese año a la Consellería de Inmigración, que logra llenar de competencias tras rebautizarla como de Solidaridad y Ciudadanía. Blasco está en prisión desde junio de 2015, condenado a ocho años de cárcel por el desvío de fondos —alrededor de seis millones de euros— que nunca llegaron a su destino, la cooperación con países en desarrollo. La Coordinadora Valenciana de ONGD abrió un sitio web para reunir la información sobre el caso: www.casoblasco.info/
El que fuera considerado “buque insignia” del arte y la cultura contemporánea en la ciudad ha tenido siete directores desde su fundación y por el museo han pasado profesionales de reconocido prestigio, pero pese a los méritos que puedan corresponderles, la sombra del nefasto mandato de Consuelo Ciscar, su dueña y señora durante nueve años, diez meses y veintisiete días, no deja prácticamente sitio para nadie. Y eso que algún otro se propuso también pasar a la historia por la vía faraónica, proponiendo una ampliación, encargada —como era de rigor en el momento: 2003— a unos starchitecs, japoneses para la ocasión, Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, que iban a ampliar el edifico, duplicando casi su superficie, envolviéndolo en una especie de “piel de acero transparente” de treinta metros de altura. Todo por 45 millones de euros. Kosme Barañano era entonces el director del museo, pero en las fotos aparecía siempre la que iba a ser su sucesora.
El IVAM dilapidó casi 10 millones de euros en los últimos cinco años de Consuelo Ciscar
De una década talmente plagada de irregularidades es difícil escoger algún highlight del mandato de Ciscar pero cabría destacar la colaboración con el Iberia Center for Contemporary Art, dirigida por Gao Ping —presunto cerebro de una mafia china de blanqueo de dinero— con el cual se intercambiaron dos exposiciones en 2008 (“55 días en Valencia”, en el IVAM, de arte chino, de las cuales el museo adquirió sesenta y cuatro piezas; y “Plusmarca. Arte y deporte”, en Pekín), ambas comisariadas por la propia Ciscar y el crítico Rafael Sierra, director de la revista Descubrir el arte. Esta revista galardonaría en 2011 tanto a Ciscar, por “su dilatada y ejemplar trayectoria profesional”, como a Gao Ping por “crear un puente artístico entre España y China”. También son dignas de mención la exposición dedicada a uno de sus ídolos, Santiago Calatrava, (Dibujos y esculturas, 2001), o la que recogía, en 2007, la obra del arquitecto Vicente Gaullart, autor de la fallida urbanización Sociópolis, así como de la segunda residencia del matrimonio Blasco-Ciscar en Alzira, construida, por cierto, en suelo no urbanizable. Lógica Natural se titulaba la exposición de Gaullart..
Cuando Rafael Blasco era conseller (vamos, casi toda su vida) repasaba cada mañana la escaleta de los informativos de Canal 9 . Buscaba cómo y quién cubriría su agenda del día. El día que la tele autonómica no tenía previsto acudir a los actos de Blasco, el conseller enfurecía, movilizaba a su ejército de prensa, abroncaba a sus becarios, ardía el teléfono rojo y acababa consiguiendo una unidad móvil de RTVV en la puerta de su departamento.
El solar de aquellas parcelas expropiadas para la ampliación de la “piel de acero” de diseño japonés fue abierto al público en febrero de 2015: medio millar de personas acudieron a un almuerzo convocado por la asociación Desayuno con Viandantes, junto con Amics del Carme, Intramurs, Solar Corona, etc., como un primer paso para su uso ciudadano y artístico.