Velluters
La denominación oficial del barrio de Velluters es “del Pilar”, se encuentra entre los barrios del Carmen, el Mercat Sant Francesc y el Botànic. Velluters es el nombre de los artesanos del “vellut” (terciopelo). El gremio de velluters se remonta a la Edad Media. La industria de la seda tiene una larga historia en Valencia y en el barrio: el prestigio de sus telas se remonta al periodo andalusí y testimonio de su importancia en la economía de la ciudad son, por ejemplo, el edificio de la Lonja de Mercaderes o Llotja de la Seda (1482) o el Colegio del Arte Mayor de la Seda (1479). Para el siglo XVIII, el de mayor esplendor de la sedería valenciana —gracias al apoyo de los ministros borbónicos, que lograron que prácticamente todo el género que se exportaba a las colonias americanas procediera de Valencia—, Velluters era el barrio más densamente poblado de la ciudad.
La progresiva mecanización de la industria textil permitirá aumentar la producción, a la par que abaratar los costes, reduciendo los jornales mediante el empleo de mujeres y niños, y también generando desempleo entre los antiguos trabajadores artesanos, lo que dará lugar a protestas y al nacimiento de las primeras organizaciones obreras.
Ya no existía el pequeño taller enclavado en la ciudad. Sólo las grandes fábricas, como la de Pampló Se trata de una fábrica que ocupaba mayoritariamente mano de obra femenina e infantil, de largas jornadas de trabajo, poca higiene e insalubridad y escaso jornal.
Sánchez Romero, Miguel Ángel. La Industria Valenciana en torno a la Exposición Regional de 1909.
Federico Martínez Roda, Valencia y las Valencias: su historia contemporánea (1800-1975)
Una de las más radicales transformaciones sufridas por el barrio fue el derribo de las murallas de la ciudad, en la onda de higienización y modernización, “acorde a los nuevos tiempos”, que impulsaría la burguesía local para, por un lado, pacificar la situación social, dando trabajo en las obras a los obreros textiles desempleados y, por otro, invertir los excedentes de capital en la construcción, en la expansión de la ciudad a través de sus ensanches y en el trazado de avenidas rectilíneas a través de la antigua trama urbana de la vieja ciudad intramuros, lo que marcaría, por ejemplo, en el caso de Velluters, su aislamiento de la ciudad por la apertura de la avenida del Barón de Cárcer.
El barrio ha originado sus propios movimiento ciudadanos de protesta y resistencia a ese proceso: Salvem el barri de Velluters nace en 1999, con el objetivo de modificar el proyecto de “rehabilitación y renovación” del barrio que, con fondos europeos URBAN, afecta gravemente a su trama urbana y a su tejido social. Y en 2009 se creará la plataforma vecinal “Recuperem el Princesa, reviscolem el barri”, en torno al enorme solar que ocupa el lugar donde estuvo el teatro de ese nombre. Esto originará interesantes propuestas de activación de la conciencia de pertenencia ciudadana, como el proyecto «Imagina Velluters», una creativa herramienta de transformación a través de la participación.
Joan Feliu Franch, Conservar el devenir: en torno al patrimonio cultural valenciano.
Ginés i Sànchez, Pau, Participación ciudadana y urbanismo en el barrio de Velluters de Valencia
El Motí dels Velluters El 21 de gener de 1856, com a conseqüència del descontent dels treballadors de la seda (velluters) pels jornals que cobraven, tingueren lloc a València uns disturbis per demanar un augment salarial. El dia assenyalat per a la protesta pública es formaren diversos grups, dels quals el més nombrós es concentrà davant del Col·legi de l’Art Major de la Seda. El governador civil envià els alcaldes de barri per tal d’intimidar els rebels, que sols cediren davant l’amenaça de la intervenció de l’exèrcit. El diari El valenciano, en l’edició del dia següent comentava: “(…) ya no es el pueblo, como se ha llamado otras veces, son algunos operarios del arte mayor de la seda los que aprenden también a subirse a mayores con nuestras autoridades. ¡Que situación!”. El fet que la convocatòria per a la manifestació pública es realitzara amb pasquins repartits per tota la ciutat, revela la presència d’una organització obrera embrionària. El Motí dels Velluters fou una de les primeres reivindicacions del proletariat urbà de València, i alguns autors el consideren com la primera manifestació de la lluita de classes a aquesta ciutat. Aquests fets expressaven tensions ciutadanes més amples, les quals desembocaren a l’abril següent, i sota el crit de “Morin els rics”, en importants revoltes socials. A la fi de 1856, catorze velluters que es reunien per llegir un periòdic tingueren la idea de fundar la Cooperativa “La Proletària”, organització obrera de resistència.
La decadencia contemporánea del barrio, que hasta hace bien poco era conocido como El Chino por la presencia de prostitución en él, arranca de la riada de 1957, en que entró en un progresivo abandono, llegando en la década de los ochenta a convertirse en un catálogo de edificios en ruina y descampados. Los planes de “rehabilitación” ejecutados a lo largo de los noventa y los 2000 han sido un ejemplo de gentrificación, provocando el desplazamiento de gran número de residentes.
Lluís Benlloch i Calvo, Tras la senda del desplazamiento. Valencia (1995-2007)
PAI desarrollo Unidad de Ejecución 4 del PEPRI del Barrio de Velluters
También la memoria del Motí de Velluters ha sido retomada por los vecinos del barrio, en una iniciativa de la Asociación de Vecinos el Palleter y els Cucs de Velluters, a la que con el tiempo se han sumado más colectivos, que en la convocatoria de 2014 incluían la Asamblea 15M de Ciutat Vella i Botànic, Ca Revolta, El Racò de la Corbella, Endavant (OSAN), Falles Populars i Combatives, la Muixeranga de València, la Societat Coral el Micalet i Tornatemps. El objetivo es reivindicar el espíritu combativo de la revuelta de los velluters y la vigencia del compromiso de las clases populares valencianas con la construcción de un mundo mas justo: “porque frente a un calendario festivo y una nomenclatura urbana impuestas desde las instituciones, los convocantes exigen su derecho a construir una memoria histórica y una celebraciones que no olviden un pasado de lucha”. Así, desde 2008, la fecha se conmemora con un recorrido dramatizado por lugares vinculados a la historia más combativa del barrio, vinculándolo a su problemática actual y culminando con una hoguera y una torrada popular, con lo que se inserta el proceso de reapropiación ciudadana del carácter participativo y popular de las fiestas en Valencia.